miércoles, 3 de julio de 2013

Radio Nederland Wereldomroep y Doctor en Alaska, dos de series


El primer trabajo de Jana López como periodista lo ubiqué geográficamente en Amsterdam, en la joven emisora independiente Radio Nederland News. Allí hice que fuese conociendo los entresijos del oficio como responsable de un sencillo programa de selección musical, para que fuera cogiendo experiencia, antes de decidir ascenderla y asumiera nuevos retos profesionales. Periodista de investigación, nada más y nada menos, que acabaría siendo. ¡Y del Digital Times!, que no es moco de pavo. Si se lo llegan a decir en aquel momento, no se lo hubiese creído.
Como los dos somos admiradores de la maravillosa serie de David Chase, Northern Exposure (Doctor en Alaska en su traducción española) y de Chris Stevens, el genuino locutor de radio, filósofo, expresidiario, y predicador especializado en bodas, bautizos y funerales, no me costó mucho hacer que Jana se sintiera a gusto en el interior de su cubículo de trabajo, con los cascos puestos y la cabeza apoyada en las manos, observando el pasar de las barcas por el canal y el ajetreo vital del barrio, mientras daba rienda suelta a su imaginación y cavilaba sobre mil y una cuestiones filosóficas entre canciones. Con aquella sensación placentera, los dos descubrimos algo que ya sospechábamos: que la música, la poesía y el pensamiento filosófico, hacían fluir con naturalidad nuestros pensamientos más íntimos, sin avergonzarnos el compartirlos con gente a la que no veíamos.
Como Jana es una chica lista y no quería quedarse anquilosada en el pasado, no tuvo ningún inconveniente en aceptar mi propuesta de especializarse en periodismo de investigación en un medio digital. Al fin y al cabo, le dije, sólo cambia el medio de trabajo, no tú esencia como periodista. Si el futuro era internet y el periodismo en gran parte es investigación, era lo más coherente con nuestro objetivo compartido: agitar conciencias; Jana, a través del ejercicio de su profesión en libertad; yo, contando una historia de nuestros días.
Como siempre, llegamos a un acuerdo razonable, permitiéndole que se despidiera todo lo nostálgicamente que quisiera de aquella época de su vida que tanto la había enriquecido profesional y personalmente. Adiós a la eclosión de tulipanes en primavera, a ir a trabajar en bicicleta aún en días de clima inhóspito, a su barrio de las nueve calles con sus encantadoras tiendas de ropa de segunda mano y sus acogedores restaurantes, a las visitas al mercado de flores flotantes de Singel y a las cenas a la luz de las velas en los barcos del canal.
Casualidades de la vida, a la fecha en que el autor ponía el punto y final a Brick y el olivo 33, Jana y yo nos enteramos con tristeza de los recortes en el prestigioso Departamento Latinoamericano de Radio Nederland Wereldomroep, en el que se inspira su primera experiencia profesional. Lo mismo que había ocurrido con La Voz de Alemania de Radio Deutsche Welle, con BBC Mundo Radio o en otras muchas radios de difusión internacional. El inexorable avance tecnológico, el mayor acceso democrático a la información que supuso antaño la onda corta y la vieja rueda del dial de millones de transistores, universalizado ahora a través de un simple clic. ¿Inevitable? Posiblemente; como la invención de la rueda, del arado, la imprenta o de la máquina de vapor.
Pero ambos, Jana y el que les habla, tenemos claro que una cosa es el avance tecnológico y los ajustes socio laborales que llevan consigo, y otra el espectáculo vomitivo de nuestros días, dónde los políticos europeos se preocupan más en mantener su statu quo que en el interés general de la ciudadanía, pretendiendo superar una crisis generada por ellos y el poder financiero a base de la rapiña burocrática a costa de la educación, la sanidad, los viejos y los dependientes, de ajustes a la baja en la cooperación al desarrollo, y de recortes de presupuesto a organizaciones con una finalidad social.
Mientras no terminen con este estado de cosas y hagan la limpieza en profundidad que los ciudadanos les estamos reclamando a gritos, acabando de una vez por todas con la corrupción, los paraísos fiscales, los privilegios legislativos, la falta de transparencia y de rendición de cuentas, la superestructura institucional superflua, las políticas económicas que no priman el esfuerzo emprendedor, los organismos de control que no hacen su trabajo y miran a otro lado según los dictados del gobernante de turno…, que no cuenten, ni con Jana, ni conmigo, ni con Edu, ni con el juez Berruguete, ni con Gloria, ni con Joe, y ni con ningún miembro de la plantilla del Digital Times.
Exacto, les decimos que tururú. Que se recorten las pestañas o la vergüenza si es que la tienen. Mientras ellos agonizan entre sus últimas mieles de poder, millones de jóvenes en el mundo ya están arrimando el hombro para construir una nueva sociedad democrática donde el Hombre será el valor fundamental.
Nada más. Jana y yo nos despedimos, con nostalgia y con un ejemplo de Dignidad.
¡Uy, que se me olvidaba! Gracias Alicia, por prestarme tu casa de Conde Duque y por los detalles del oficio periodístico aportados para construir el perfil de Jana.


1 comentario:

Unknown dijo...

¡A ti, por tus reivindicaciones!